Nuestra finca familiar

Desde 1878, cuatro generaciones de la familia de Finca Las Manillas han sabido mantener las tradiciones en la elaboración de AOVE de calidad excepcional, sin dejar de adaptarse a las nuevas tecnologías, para favorecer la excelencia al servicio de sus clientes y respetando el medio ambiente.

Aún se conservan algunos elementos de la antigua almazara, construida en 1935, como el molino de rulo, también llamado empiedro cónico. Esta pieza que se empezó a utilizar en España a finales del siglo XVIII. El empiedro, que también recibe el nombre de solera, es un basamento circular de piedra formado por tres, cuatro o más bloques sobre los que gira la muela o rulo. Sobre el empiedro descansa el eje de giro de todo el sistema del molino de aceite.

La sabiduría del maestro de molino siguiendo los pasos de su padre, nuestro antiguo molinero, está presente aportando toda su experiencia en el proceso, desde la recogida al vuelo de la aceituna, a la extracción en frío, con una pequeña pero nueva y moderna instalación de extracción y planta de envasado hacen que nuestra producción limitada de AOVE sea excepcional.

La composición caliza y arcillosa de nuestro suelo, la plantación en altura de nuestro olivar, las extremas condiciones agroclimáticas, un olivar centenario, la variedad picual junto a su recogida temprana, siempre a vuelo, a mediados de octubre principios de noviembre, su molturado inmediatamente después de su recolección, y el delicado proceso de batido y extracción en frío, son parte de nuestro cuidado trabajo.

Nuestro proceso

El proceso de recolección es mimado al milímetro, utilizando la técnica de vibración por ultrasonidos en el tronco y finalizando la recogida con vareo manual tradicional, consiguiendo que el olivo sufra el menor daño. El fruto es recogido a vuelo impidiendo que el mismo toque nunca el suelo.

En muy pocas horas llega la aceituna recién recolectada a nuestra almazara.Tras la primera inspección del fruto, donde verificamos su aspecto saludable y sano, procedemos a la limpieza de la aceituna separando las hojas y ramas mediante aire a presión. Después, se procede a la limpieza de la aceituna y entra a la tolva de almacenamiento. Desde aquí se pasa la aceituna al proceso de molturación y un tiempo de batido muy corto en el que no se superarán los 20ºC. Esta fase del proceso es crítica, pues aquí es donde vamos a conseguir que todos los elementos volátiles responsables de los matices  y atributos de nuestro aceite se conserven en mayor medida.

A continuación, empezará la centrifugación, que separa la parte sólida de la líquida, por efecto de las densidades específicas de cada uno de ellos. Por último, pasamos a una centrífuga vertical en la que se separa el aceite del agua.

Y ya se procede a realizar la cata y la clasificación de cada aceite y su almacenamiento en distintos depósitos de acero inoxidable inertizados, dentro de nuestra bodega climatizada, garantizando su óptima conservación.

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